Agonía con victoria (Murcia 81 - León 78)

Primer partido de la vuelta a la LEB resuelto con victoria agónica, prórroga incluida, apelando casi a la épica, además de al mago Turner y el local Garrido.

Se las prometían muy felices los de Déniz cuando el marcador se ponía 20-10 y, más tarde, 27-14, con un dominio total basado en el acierto atacante de Turner y Gómez y en una sólida defensa.

Sin embargo, como presagiaba el técnico local en el primer tiempo muerto, el marcador podía jugar en contra, y así lo hizo, trayendo la pérdida de concentración, de intensidad y la necesaria tranquilidad para atacar la posterior zona rival.

Tapón a Cuthrell
Tapón a Cuthrell



Si bien el primer cuarto fue casi arrollador, aunque con dos o tres regalos que enfadaron considerablemente a Déniz, durante el resto del partido el equipo fue a menos y los de León cogiendo su sitio en la pista.

Fue entonces cuando quedaron patentes algunas de las lagunas que tiene el CB Murcia-Polaris de este año. Por un lado, se echó en falta un escolta en condiciones. Xavi aún no está a tope y Martínez vino lesionado y aún tiene para bastante. Los de León lo vieron claro y decidieron penetrar una y otra vez por el puesto de escolta. Nuno Marçal no es muy rápido en defensa, y además es un tres, con lo que lo pasaba fatal defendiendo a un escolta. Ello originó varias canastas fáciles de los leoneses, faltas en exceso y pérdida de concentración y sitio en la pista.

Otra carencia que tiene este equipo está en el talento de los hombres interiores. Parecen estar cortados con el mismo patrón: poderío físico, cierta coordinación, garra y carencias técnicas considerables. Así, al principio Cuthrell y Gómez se imponían fácilmente, pero cuando el cansancio y la mejor defensa leonesa aparecieron en la pista, se hicieron patentes esas carencias técnicas, sobre todo en la segunda parte.

Parecía pedirse a gritos un jugador interior que supiera jugar al baloncesto, pues ya empezaban a hacer aguas los músculos y el empuje de Gómez y Cuthrell. Salió a pista Balmón, que no pareció otra cosa que un clon de Gómez, pero más limitado que éste en todos los aspectos del juego.

Por fin Déniz optó, en parte forzado por las faltas de Cuthrell, por poner en pista a Samuel Garrido. Se le vieron muy buenas maneras a este joven jugador murciano. Tiene clase, sabe jugar al baloncesto, más con la cabeza y la técnica que con la fuerza bruta. Le vendrá de maravilla a este equipo un jugador interior con cierto talento. Muy buenos los minutos de este chaval, que ya no volvió a pisar el banco en lo que restó de partido.

El final de partido estuvo muy disputado. Déniz dió unos segundos de descanso a Turner a falta de menos de 3 minutos. La idea estaba clara: los últimos balones de partido se los debía jugar él y tenía que estar más fresco para eso, pues 40 años son unos cuantos años ya y ya llevaba muchos minutos en pista.

Turner ayudó a forzar la prórroga y, como suele pasar, el equipo que la fuerza llega con más intensidad y claridad de ideas a ella, lo suficiente para ganar, aunque en este caso por bien poco.

En definitiva, este equipo aún muestra faltas de acoplamiento junto con buenos detalles. Ahora hay que conseguir más regularidad.

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