El pletórico campeón de copa ahoga al Aqua Mágica
89-62. Polaris está en un fantástico momento de forma y dio un recital de tiro y juego de equipo.
Polaris está en un momento dulce de forma tras ganar la Copa Príncipe. Su sólido juego de equipo empequeñece a los rivales. Hoy le tocó el turno a uno de los grandes de la categoría.Palma Aqua Mágica no fue rival en ningún momento para los hombres de Hussein, verdadero catalizador del cambio de juego de este equipo.
No jugaron ni Brown ni Waleskowski. Ni hicierion falta ni nadie los echó de menos.
Había cierta espectación por ver a Llompart, hasta hace un par de meses jugador de Polaris, en las filas rivales. El base, ahora jugando de escolta, pasó casi desapercibido, como la mayoría de sus compañeros.
El quinteto inicial de los locales ofreció dos cambios respecto al habitual de Hussein: Sergio Pérez y Sellers. El primero debido a su impresionante momento de juego, y el segundo debido a una pequeña lesión de Waleskowski.
Sergio Pérez no falló un solo lanzamiento en los 28 minutos que jugó. Sellers evidenció que, mientras le responden las piernas, es un jugador de una clase tremenda. El único problema es que las piernas ya le responden poco tiempo.
A los cinco minutos de partido quedó claro que Polaris contaba con una marcha más que su rival, y que el juego interior el que estaba ganando la partida. Un par de canastas de Sellers, y otras dos de Triguero, sazonadas con un triple de Sala, arrancaron la primera ventaja local. Maras a duras penas conseguía dar la réplica en el otro aro.
Llompart se emparejó con su ex compañero Xavi Sánchez, y ambos demostraron conocerse bien, pues el mallorquín no dejó que el escolta de Polaris anotase una sola canasta, impidiéndole ejecutar su demoledor contraataque. Tampoco Llompart salió bien parado del duelo, pues sólo anotó 8 puntos y con muy malos porcentajes de tiro.
Triguero sigue en su línea ascendente. Sencillamente deslumbrante. Dominó el rebote (8) y anotó con facilidad casi todo lo que pasó por sus manos (14 puntos), amén de propinar unos cuantos tapones a quienes osaban intentar canasta desde cerca del aro (3 tapones). Y todo ello en apenas 22 minutos, suficientes para dejar claro su buen momento y hacer sitio a compañeros como Fernández, que intenta reivindicarse en los minutos que su nuevo rol de quinto pívot le permiten.