¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? ¿Zona sí o zona no?. ¡¡Y yo qué sé!!

Esta cita bíblica que traigo a colación, aunque con un sentido diferente al que tenía originalmente en el Génesis, viene a ilustrar la idea de que cada cuál ha de ser responsable de sus acciones y que es complicado juzgar, o prejuzgar, el trabajo ajeno sin conocer a fondo su contexto. De esa forma, por prejuzgar en base a parámetros tópicos, lo mismo podemos toparnos enfrente con alguien que ha pensado y estudiado mucho más que nosotros lo que tiene entre manos y resulta ser un maestro que se sale de la ortodoxia y no el gañán que pensábamos inicialmente.

Me explico un poco mejor. Hay una serie de ideas asentadas acerca de qué y cómo se ha de enseñar a según qué edades y a veces tendemos a montar cismas cuando vemos por ahí que alguien se sale de esa convención. El ejemplo más recurrente es el de la utilización de las zonas en edades tempranas, arguyendo que una zona no es formativa porque obliga al joven jugador a utilizar recursos que aún no tiene asentados. Así lo pensaba yo hace un tiempo pero el hablar con muchos entrenadores más expertos que yo y alguna que otra charla, muy especialmente una de J. Cuspinera hace un par de años, me hizo ser más cauto a la hora de aventurarme a juzgar a nadie.

Les ofrezco aquí un video resumen de la charla que comento de J. Cuspinera, que considero reveladora en muchos aspectos:


Si se hace bien una zona ¿qué diferencia hay en la defensa al hombre balón con la defensa individual?

¿Porqué tenemos superclaro que hay que empezar a enseñar las bandejas con dos pasos que elevan la rodilla contraria a la que moveríamos al andar? (con lo ortopédico que es realmente eso) ¿es más fácil aprender a hacer una bandeja que un tiro en suspensión? ¿Y que un semigancho?

¿De verdad todo lo que hacemos lo hacemos para formar a los nuestros y no para sacar ventajas haciendo al contrario jugar con recursos que no domina?.

Evidentemente, también puede ser que, efectivamente, en el otro banquillo haya un energúmeno/a que o sabe poco poco, o no es consciente de cómo ha de adecuarse el aprendizaje a la edad de los jugadores con que trabaja o, simplemente, busca el trampeo rápido para ganar a cualquier precio, importándole poco o nada el aprendizaje futuro de sus pupilos.

Que esa es otra, ganar ¿qué? ¿Los cuartos de final de clasificación para la F4 regional?. Aha, sí, un exitazo competitivo en toda regla.Sin duda. Quizá ante esa postura sí que me cuesta más el no pronunciarme sobre la mayor o menor licitud de ponerlo en práctica, pero lo mismo hay detrás más cosas que no vemos.

En definitiva, que como no siempre seremos capaces de discernir si en el otro banquillo hay un genio o un gañán, o ni lo uno ni lo otro, y como es muy fácil pasarse de listo por prejuzgar al contrario creyéndonos más listos que él, casi mejor puede ser buena idea el ser respetuoso con su forma de trabajar por si acaso fuéramos nosotros los que metemos la pata. Y lo digo yo, que siempre he tenido tendencia a ser muy ligero de boca en estos temas. Espero que sea una señal de madurez.

Recomiendo ver el video que coloqué más arriba pues, aunque sea sólo un resumen, ahí se sintetizan algunas de estas ideas que comento.

Por cierto, a ver quién reconoce en el video al primer chaval que salta a la pista a hacer las demostraciones con el entrenador ayudante del Real Madrid.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Cuánto cobra una jugadora profesional de baloncesto?

Sistemas básicos para juego al poste: shuffle, triple post y high-low

8 formas diferentes de defender el bloqueo directo